Iba Benedicto por el Monte de los Olivos,
cuando de repente se encontró con una bella doncella,
monja y pura era ella.
Poco a poco de su hábito la desvistió,
y tras sustraer su casto cinturón ella le dijo:
Bene, Bene, la puntita de tu pene, nada más,
Cállate monja plebeya, o te la insertaré toda ella.
A las 9 meses parió y a los 10 murió,
no se sabe si de SIDA o por desdicha,
o por los 5 centímetros de picha que Benedictó le insertó
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