jueves, 11 de febrero de 2010

Troy

Este es el tipo de comentario que es difícil escribir: ¿Acaso debo intentar analizar el film como una entidad independiente de la clásica historia que le dio origen, o intentar interpretarlo a la luz de la célebre historia homérica? Después de mucho cavilar (léase, ir al baño a lavarme los dientes, tras haber suspendido relaciones diplomáticas con Carietón y habiéndole declarado la guerra) he decidido intentar exponer primero la historia fundamental de la Ilíada e ir luego entretejiendo mis apreciaciones personales del film, comparando los aspectos a mi parecer más interesantes de éste con respecto a los mitos clásicos.

No me gustaría comenzar sin hacer la salvedad que la Guerra de Troya, tal y como es narrada en "La Ilíada" de Homero, inicia durante el décimo --y último-- año de la guerra y finaliza abruptamente antes de concluir el conflicto bélico. Omite la historia previa a la invasión de la cual fue objeto Troya por parte de la coalición griega, así como la famosa escena de la estrategama del caballo (ideada por ni más ni menos que Odiseo --o Ulises, si prefieren así llamarlo--, quien posteriormente protagonizaría su propia historia, "La Odisea"). Tanto el contexto preinvasión como la resolución de la guerra, los conocemos de otras historias que junto con "La Ilíada" podríamos llamar "La epopeya troyana", por darle un nombre rimbonbante.

Comenzamos este intento de comentar el film resumiendo brevemente la historia fundamental de "La Iliada", no sin antes advertir que, si bien se procurará revelar la menor cantidad posible de información acerca de los eventos fundamentales de la trama del film, es posible que algunos consideren que lo aquí revelado puede afectar el factor sorpresa de la película. Si bien del film, propiamente dicho, no se revelarán elementos importantes que pudiesen restarle emotividad a la hora de observarlo, sí se comentará con cierto detalle "La Ilíada". Esto último no implica necesariamente revelaciones acerca del film: La película "Troya" es una interpretación de los mitos originales (así admitido por los cineastas) y dista de apegarse fielmente --en los eventos puntuales-- a la historia original. El estar familiarizado con "La Ilíada" no implica necesariamente que sabrán anticipadamente lo que narrará el film, si bien podría restarle impacto a algunas escenas. Yo recomendaría, a quien prefiera mantener el factor sorpresa, cesar de leer, observar la película y posteriormente regresar a completar la lectura.

Hecha la advertencia del caso, proseguimos, sin mayor introducción, a comentar brevemente "La Ilíada". Ésta es la historia de Aquiles y puede segmentarse en tres secciones claves:

--Cómo su orgullo por la humillación que le propicia Agamenón (comandante de la flota griega) al quitarle a Briseida (su premio por su heroísmo en combate) le lleva a abandonar la batalla y solicitarle a su madre (la diosa Tetis) que interceda ante Zeus para que los griegos sean derrotados y Agamenón se vea obligado a suplicarle que vuelva al combate.

--Cómo su sentimiento de venganza ante la muerte de su querido amigo (con quien se crió cual si fuesen hermanos), Patroclo, le lleva a reemplazar su orgullo por ira, en virtud de la cual vuelve a la guerra y, tomando la venganza como medio para erradicar su tormento, mutila y deshonra a Héctor, el gran héroe troyano.

--Cómo finalmente culmina su travesía psicológica de guerrero sin par a verdadero héroe, cuando ante las súplicas de Príamo (rey troyano) se apiada de él y le retorna el cadáver de Héctor, su amado hijo.

Estos 3 conflictos son la esencia de la historia y, si bien fueron tergiversados en la cinta, su espíritu se mantuvo. Por eso, no me parece justo el criticar esta adaptación por no acoplarse literalmente a la historia y tomarse sus libertades para complacer a su audiencia meta. Sí me parece que se les fue la mano glorificando al personaje de París (con una excepción particular que captarán tras observar el film).

Me pareció excelente la forma como el score (banda sonora instrumental) evocaba, según fuera el caso, los sentimientos de solemnidad, tragedia y tensión que las escenas pretendían transmitir.

Otro elemento que me agradó, si bien distorsiona el material original, es la forma cómo se humaniza más a los héroes, dándoles mayor peso a sus decisiones y a sus acciones, de manera que sus méritos no sean simple producto de la intervención o caprichos divinos (en el poema homérico, las gestas heróicas dependían en gran parte de la intervención divina, sin ser necesariamente mérito de los héroes).

En parte, la decisión de omitir la divinal presencia --e influencia sobre los eventos transcurridos-- del Panteón Olímpico, puede haber obedecido al temor por parte de los productores de que las audiencias modernas hubiesen percibido que el "heroísmo" marcial era desvirtuado por el mecenazgo de Zeus y compañía (de hecho, eso mismo me pasó a mí cuando leí la Odisea: Sentí que la ayuda proporcionada a Odiseo por Palas Atenea era demasiada, al punto de restar méritos a los logros del héroe).

Sí hubiese considerado apropiado que hubiesen presentado el Juicio de París, donde éste debía elegir quién era la más bella entre Hera, Atenea y la excelsa Afrodita. A cambio de elegir a esta última, la Diosa del Amor le otorgaría a la mujer más bella del mundo: Elena. La simplicidad con la que fue representada la "seducción" de Elena (nunca se demuestra cómo se desarrollan sus sentimientos afectivos hacia París) hubiera sido evitada agregando este pasaje.

La razón verdadera no fue tan romántica. Sí, la belleza de Elena fue la que lanzó los 1,000 navíos, pero la coalición de estados aqueos para ir en su búsqueda obedeció a una alianza en virtud de la cual los reyes y príncipes pretendientes de Elena acudirían en ayuda del esposo que ella escogiera, si algo fuera a ocurrirle. Aun así, varios de los héroes se mostraron renuentes a cumplir su parte del trato cuando llegó el tiempo de honrarlo --como el Pacto del Caribe--, sino que lo digan los mismísimos Aquiles y Odiseo (Odiseo siendo el nombre griego que, tras la conquista de los territorios griegos y su acreción hacia el Imperio Romano, pasaría a ser llamado por éstos como "Ulises). El primero fue ocultado por su madre --la Diosa Tetis-- disfrazado de mujer en la corte de otro rey. (Sí, el más grande guerrero griego disfrazado de fémina pero, como imaginarán, eso es otra historia), mientras que el segundo fingió locura para evitar ser reclutado para la campaña de Troya y honrar así el compromiso adquirido.

Hubieron elementos interesantes que pretendían enlazar de alguna forma el film con la mitología tradicional. Si bien éstos alteraban la historia ofrecida por las fuentes literarias, me parecieron adecuados. Como ejemplo, encontramos la representación de Eneas como un niño a quien París entrega la espada para que perpetúe la dinastía Troyana en otro lugar, cuando en realidad Eneas ya era un gran guerrero para esa época y París no le entrega ninguna espada (ni tampoco es el que previene acerca de aceptar el caballo). En cualquier caso, el ver su personaje, aun de esta distorsionada y efímera forma, fue una buena manera de complacer a los amantes de los mitos originales.

Vale la pena destacar que, de acuerdo con Virgilio, Eneas emigraría a Roma y sería el fundador de tan vasto imperio (Rómulo y Remo, los fundadores legendarios de Roma, siendo sus descendientes). Esto, según nos relata "La Eneida" (la historia de Eneas), obra clásica que le fue comisionada a Virgilio por su amigo, el emperador Augusto (hijo adoptivo de Julio César), con el propósito de brindar a Roma una historia épica que rivalizara a los grandes poemas homéricos (la Iliada y la Odisea).


Un fallo garrafal, si bien me pareció gracioso, lo encontramos reviviendo una escena de "The Rock"(film que si bien es menospreciado por los críticos, considero ampliamente entretenido):

--Sean Connery (Mason): "Timeo danaos et dona ferentes".
--Nicolas Cage (Stanley Goodspeed), respondiendo impulsivamente: "Temo a los griegos aún cuando traen regalos".
--Sean Connery (Mason): "Un hombre educado...Es claro que usted no es un agente de campo..."

Volviendo al tema que nos ocupa, la frase anterior se refiere al temer a las intenciones de quienes no merecen confianza (griegos, en este caso) aún cuando traigan ofrendas de paz (el caballo) y, en los mitos originales ("La Eneida" de Virgilio), las pronuncia un sacerdote del templo de Apolo. Además de él, Casandra hace similares advertencias, pero así como los troyanos las ignoraron, Hollywood decidió ignorar a la inmortal frase. Pero está bien que omitan una frase clásica de la literatura; es más, todavía es aceptable que sea el pusilánime chico lindo, París, quien represente la voz de la sensatez y prevenga del potencial peligro del obsequio, pero, mis estimados, ¿no les parece una desacración que una película de la guerra de Troya, omita lo que pueda ser quizá la frase más célebre brotada a raíz de la misma, mientras que en un film comercial como The Rock sí la incluyan? Porque al menos a mí me parecío una irreverencia. Bueno, una irreverencia vacilona, pero herejía al fin. (Claro, si vamos a puntualizar herejías, no podemos omitir mencionar la omisión de Nonó, pequeño robot, de Odiseo, su amigo fiel: ¡Eso sí es inadmisible!)

Sin lugar a dudas, la mejor parte de la película fue la batalla de Héctor contra Aquiles. Exquisitamente coreografiada y emotiva a más no poder. Claro, esto es un elemento muy subjetivo y depende de la apreciación particular de cada espectador, sus expectativas y el conocimiento con el que llegaran a observar la cinta. En mi caso, yo empatizaba con el personaje de Héctor, por lo que me agradó mucho la forma como fue representado en esta escena. Independientemente de lo anterior, la lucha en sí fue, analizada por sí sola, excelentemente ejecutada (tanto en tensión como en acción), sin mencionar que este evento es esencial para propulsar el desarrollo de la historia.

Con respecto a la muy discutida actuación de Brad Pitt ("Bradchilles") la percibí muy buena. Para mí capturó a la perfección el conflicto del personaje y metamorfosis de guerrero en héroe. Igual de impresionante fue la emotividad con la que Eric Bana emuló la nobleza de Héctor. Gran actuación de Peter O'toole como Príamo. Su escena de súplica en la tienda de campaña de Aquiles fue perfecta.

Hubieron 2 escenas en particular que llamaron poderosamente mi atención: Cuando se muestra la flota griega departiendo, mostrando al principio un único navío para irse luego alejando y mostrando una vista panorámica, progresivamente más imponente, de la majestuosidad de la flota aquea. La otra, al final del film, cuando se nos ofrece una vista superior de la ciudad de Troya destruída, describiendo con el poder de la imagen el mensaje inequívoco de la futilidad de la guerra y como la búsqueda de gloria y riqueza solo conlleva destrucción cuando es perseguida por esta vía.

Concluyendo (ya era hora, ¿no creen?), el film me pareció muy bueno. Su desapego en muchos aspectos al material fuente fue contrapesado positivamente con lo que a mi parecer fue una buena representación de los eventos alrededor de los cuales gira el desarrollo psicológico del personaje principal. Como tal, retiene el espíritu de la obra clásica, si bien despojó de su nivel trágico al magnun opus de Homero.

Esta cinta no será recordada dentro de 10 años. Fue entretenida, tuvo excelentes efectos especiales (FX), pero pudo haber sido una adaptación mucho mejor. La historia merecía más. Así como Tolkien recibió un soberbio agasajo con El Regreso del Rey, Homero también era digno del mismo tratamiento.

Pero no me quejo, la historia original es tan buena que aún sin estar la producción cinematográfica a la altura, ésta entretiene y proporciona a la audiencia de 2 horas de buena diversión. Claro, quien no esté dispuesto a desapegarse del paradigma impuesto por los mitos originales, puede que no la disfrute tanto.

A manera de corolario, me gustaría resaltar mi profundo descontento con no haber seleccionado a Jennifer Connelly para interpretar el rol de Elena. No que Diane Kruger no haya lucido despampanente pero, señores directores de casting (elección de actores), ¿cómo es posible que la divinal Ms. Connelly no haya sido la responsable de interpretar a Elena? ¡Esto es como si hubiesen elegido a Kiko (Carlos Villagrán) para interpretar a Indiana Jones! Absurdo, ¿no creen? Igual de irrisorio es haber obviado a Madame Connelly: ¡Jenniffer Connelly es Elena de Troya!

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